Dulce condena, dulce...

Dulce castigo de ojos que no ven mas allá del polvo que corre por la habitación, dulce castigo de una noche donde las estrellas no iluminan el camino. Donde la muerte no ve que la vida es una pequeña salida. Pedazos de vida desgarrados en sus talones, alma rota en sus poemas, lágrima rápida de fácil beso. Dulce, dulce condena de unos labios donde todas las mentiras que dicen son verdad y donde todas las verdades que les dijiste son mentiras. Dulce cianuro que anestesia los dolores del alma y mente, dulce vena aorta tan fácil de cortar. Dulce es la palabra libertad.