No es la espera.
Son las putas veces que imagino un futuro contigo, lo planes en los que mi imaginación te incluye.
El amor que siento son los besos que le doy a la almohada porque a ti no puedo.
Son esas ganas de poder cuidarte.
Estás clavada en mi corazón y no puedo dejar entrar a nadie.
Te has echo dueña pero no lo ocupas.
Tengo el corazón cosido con telarañas, hasta que no me avises no lo pienso recoger.
Te sueño demasiado, no sé te llegaré a ver tantas veces.
Ni siquiera sé si lo haré una sola.
Ojalá algún día estés para mí, entonces llama a mi puerta y no esperes a la boda.