Yo y mis pensamientos

Lo que sentimos, lo que vivimos, lo que hacemos y lo que no. Todo nos afecta, todo nos influye. Para bien o para mal nosotros no pasamos por la vida, la vida pasa por nosotros.

sábado, 26 de octubre de 2013

Prejuicios (adolescentes)


1. Detecta los prejuicios:

1. No les importa por nada.
2. Tienen tendencia al consumo de drogas.
3. No son capaces de dialogar.

2. Establece criterios:

1.     Los adolescentes en su inmensa mayoría se preocupan mucho por tener un futuro y se interesan en ayudar a las personas de su alrededor. Generalmente los adultos que dicen que los adolescentes no se preocupan por nada suelen ser personas egocéntricas que no ven más allá de sí mismos, personas que nada más buscan su beneficio propio y personas que cuando un adolescente no se comporta como la sociedad estipula correcto los tachan de rebeldes, de niños sin solución, de personas incorregibles y que no sienten respeto por nada ni por nadie, porque solo les importan ellos mismos.
Los adultos que tienen esos prejuicios es porque piensan que se debe vivir con unas normas, unas directrices para el comportamiento de todas las personas, eso no son más que prejuicios infundidos por la sociedad. Una sociedad que quiere convertirnos a todos en personas iguales, pero no iguales en libertad y derechos, si no igual de moldeables para hacer de nosotros las personas que ellos quieren que seamos.
Muchos adolescentes no piensan así, por eso se nos impone ese prejuicio, porque no estamos dispuestos a que nadie decida que debemos de desear, que debemos pensar, ni que debemos sentir en cada ocasión. Aunque puede que algún día lleguemos a convertirnos en esclavos de la sociedad como el resto de adultos y pensar así también.

2. Tampoco esta afirmación es cierta. No existe ninguna investigación que lo confirme.
Por una parte, esta proposición se refiere a las drogas ilegales, desconociendo las legales, como el alcohol o el tabaco.
Si tenemos en cuenta todas las sustancias que pueden producir hábito o adicción, sin duda y sin necesidad de recurrir a estadísticas, se reconoce que hay más adultos que adolescentes, que consumen de forma regular, sistemática y excesiva, alcohol y tabaco.
Si tenemos en cuenta las drogas ilegales es probable que haya más adolescentes (aunque no seguro) que sean consumidores, aunque es menos probable que haya más adolescentes que sean adictos. Lo que sí es seguro es que hay más adolescentes que ni las conocen, que adolescentes consumidores y adictos, aún sumando ambas categorías.
Gran parte de este prejuicio se importa de Europa Occidental y Estados Unidos, donde se cuestiona y critica la adicción juvenil, aunque se tolera e incluso se estimula a que altos ejecutivos fumen o consuman alcohol o ambas cosas antes de concretar un negocio importante.
También aquí, una doble moral atraviesa los planteamientos que contribuyen a difundir los medios de comunicación.

3. En este prejuicio lo que parece más claro en la relación intrafamiliar es la dificultad de diálogo entre padres e hijos adolescentes. La marcada brecha generacional, que se hace más notaria sobre todo en el adolescente urbano y de los estratos sociales medios.
Ahora, esta incapacidad ¿es exclusiva responsabilidad de los adolescentes? ¿No es también y quizás en mayor medida, un desconocimiento por parte de los padres de los caminos más adecuados para el encuentro? ¿Del hallazgo de los puentes que separan ambas generaciones?
 Es claro que estas dificultades, son diferentes en las diferentes familias. Cuanto mayor es el grado de interacción familiar y mayor el tiempo y la disponibilidad al diálogo por parte de los adultos, menor la cantidad de adolescentes "sin diálogo".
 El incremento en la diferenciación psicológica durante la adolescencia es necesariamente acompañado por un incremento en la habilidad psíquica; esto se refleja por los disturbios emocionales del adolescente de variada gravedad y efectos. Estas explicaciones del desarrollo psicológico permiten comprender una parte de responsabilidad.
Sin embargo pese a esta característica, propia de la adolescencia “normal”, es probable que sea la incapacidad de los padres para establecer un diálogo con sus hijos, el principal motivo de desencuentro.
"La persona joven está aprendiendo quién es, qué siente, qué puede hacer y qué desea llegar a ser y debe diferenciarse de la cultura en que se ha criado y de las personas pertenecientes a esa cultura, de los cuales ha dependido".
 A partir de este concepto puede comprenderse gran parte de la conflictiva adolescente que se vive en la cotidianidad. Sin embargo y a pesar estas consideraciones, es probable que los grandes objetivos de vida, sean coincidentes para el adolescente, su familia y su clase social. Y que por lo tanto, las desavenencias cuando existen, no pasan de ser un ejercicio dialéctico y parte de su formación y preparación para asumir el rol de adulto.

3. Extrae conclusiones:


1. No hay nada de verdad en el primer prejuicio, además es muy explícito y especifica una sola cosa, aunque no quiere decir que no haya adolescentes así, pero también hay adultos.

2. Generalmente los adultos consumen con más frecuencia drogas legales que los adolescentes y los adolescentes frecuentan más que los adultos las ilegales.
La gran  mayoría de los adolescentes no ha probado las drogas nunca, y las ilegales la mayoría ni tan si quiera se las han visto consumir a otras personas.

3. Hay muchas personas que no tienen la capacidad de dialogar, pero el factor que influye realmente en ello no es la edad, si no la capacidad de pensar y razonar de la persona, la capacidad para escuchar y reflexionar sobre lo que se ha oído y así poder dar una respuesta.
Este prejuicio es incierto porque se le atribuye a un factor de la etapa de la vida, cuando realmente las personas que no saben dialogar son personas puntuales; no importa la raza, el sexo, la edad, ni la clase social. Simplemente son personas que por alguna incapacidad, por falta de tiempo, o porque no tuvieron el debido aprendizaje no son capaces de dialogar con los demás.

Analizar así cada prejuicio sobre cualquier tipo de persona. No nos dividimos por sexo, razas, etnias, preferencias sexuales, edad, ni nacionalidad. Recuerda todos somos personas, todos somos diferentes, no se nos puede calificar por grupos.

Soy yo misma, soy feliz


¿Os habéis preguntado alguna vez cuando los demás os dicen que les gusta como sois a que se refieren? Pensadlo, somos muchas personas a la vez y no siempre coinciden. Lo que los demás creen que somos, lo que los demás quieren que seamos, lo que nosotros queremos ser, lo que creemos que somos y lo que somos realmente. Somos todo eso.

Hay gente que por caer bien se deja llevar por los demás, eso es algo que en la mayoría de los casos no es bueno. Acabamos convirtiéndonos en algo que no somos, absorbemos totalmente nuestra personalidad para ser alguien distinto. Yo he sacado varias reflexiones de este tipo de actitudes, pero me quedo con esta en especial:
Prefiero sufrir por mis errores que por los de los demás. Prefiero ser antisocial antes que fingir que me cae bien todo el mundo. Si te caigo mal ya llegará alguien que me acepte como soy. Quiero que mis fallos sean únicamente míos, acepto consejos pero soy yo quien decide.

Con el tiempo me he dado cuenta de que los demás te pueden enseñar mucho pero hasta que no sientes en tu propia piel lo que te cuentan no puedes opinar. Yo misma de pequeña había escuchado, visto y vivido muchas cosas en tercera persona, pero cuando me toco vivirlo a mí, sufrir y ver las injusticias con mis propios ojos algo cambió. Pase de ser esa niña obediente y agradable que solo se preocupaba en no decepcionar a su madre a una persona independiente e idealista que solo se preocupa en quererse un poquito más a sí misma cada día.

Hay muchísimos casos así, el paso para madurar es ver el mundo con tus propios ojos y no con los de los demás. Aunque os puedo asegurar que no te vas a despertar un día y vas a decir: he cambiado. Madurar es un proceso muy largo, puede llevar años e incluso toda una vida, pero merece la pena porque el premio es una felicidad única y real. Os pueden llegar a tomar por locos, pero que más da. Los locos son felices y yo quiero serlo. Hay una frase que me encanta para cada vez que me dicen que estoy loca: Los escritores crean castillos en el aire; los locos los habitan y los psiquiatras cobran el alquiler. ¿Quiénes no son los realmente felices de los tres?

España se va a la mierda


España se está yendo a la mierda. Vivimos en un país con gente racista que critica a los inmigrantes diciendo que vienen a robarnos el trabajo cuando muchos de este país ni si quiera se molestan en buscarlo. Yo admiro a los inmigrantes que vienen a este país a ganarse la vida y son capaces de encontrar un trabajo. Me repatea ver como en este país las cárceles están llenas, las colas del INEM llenas, y nuestra mentalidad y las ilusiones están vacías.
La gente se queja de todo: no tengo dinero para esto, no tengo dinero para lo otro… Yo he tenido un amigo que siendo menor de edad a vivido solo y lo único que tenía eran diez euros a la semana y si los conseguía. Nunca lo he escuche quejarse y pocas veces lo he visto llorar, ahora vive como el resto de los que se quejan pero él nunca le pone pegas a nada.
Dicen que la educación es gratuita pero como todo en este país y en esta vida eso es algo que nunca es del todo cierto, lo que te dan por un lado te lo quitan por doble por otro. Una vez conocimos a un africano de esos de los semáforos y nos dijo con una sonrisa: España es un país dónde dan muchas oportunidades. Mi pensamiento fue: las mismas oportunidades que le quitan a tu país y las mismas oportunidades que los de aquí no apreciamos porque no hemos tenido una vida tan dura como para tener que cambiar de país.
Aunque aún así muchos están abandonando España, estamos perdiendo médicos, escritores, pintores, artistas, fisioterapeutas especializados por falta de trabajo y valores. La gente se está dando cuenta de que este país es una mierda y se está largando.
Una vez leí una frase en internet que me llamo la atención: ¿Qué pasaría si solución al cáncer estuviera en la mente de alguien que no se puede pagar los estudios? Me hizo pensar en que si hay gente que de verdad piensa esas cosas, si hay tanta gente como yo creo en este país todavía queda esperanza, pero nadie actúa. Internet refleja lo que pensamos, pero no lo reflejan nuestros actos.
Como dijo uno de mis escritores favoritos, Pérez-Reverte: la historia de España está llena de hijos de puta; yo le añadiría que sigue estándolo.

lunes, 24 de junio de 2013

El poder del pensamiento propio

En este país casi nadie se para a pensar en el por qué hacemos las cosas. Podéis llamarlo pereza, podéis llamarlo cobardía, podéis llamarlo imposición del sistema, llamarlo como queráis. Parece que cuando le dais nombre a algo se llena de sentido pero os equivocáis algo se llena de sentido cuando pensamos por nosotros mismos, cuando tenemos ideas propias. El gobierno os dice: “Pensad sobre lo que queráis y todo lo que queráis, pero obedeced. Obedeced y seguid a las masas”. Nos hacen tener un miedo irracional al no movernos por grupo, es fácil de conseguir. Si el 80 % cree que estás equivocado, estás equivocado, incluso tú mismo llegas a creerlo por muy bien fundamentadas que estén tus ideas. Hay que romper con esa idea, si tú crees que lo que haces es correcto y está meditado además de fundamentado en ideas realistas, créeme estás en lo cierto. A muchos genios que antes de verlos triunfar los habían tomado por locos, os pongo un ejemplo: Guglielmo Marconi, el hombre que invento la radio dijo que había descubierto una forma de enviar mensajes a través del aire sin ayuda de cables. Sus amigos lo metieron en un manicomio para que se “curara”. Hoy en día las ondas de radio que descubrió Marconi son algo muy común en el mundo actual: la radio, televisión, Tdt, etc... El sistema no quiere que pensemos, si pensamos somos peligrosos, descubrimos que tenemos derechos, vemos el mundo como realmente es, pero si seguimos con ese miedo infundado de que si no tenemos el apoyo de los demás es porque no tenemos razón todo lo que hemos pensado no sirve para nada. No hace mucho leí un fragmento de un libro que me llamó bastante la atención. Hablaba sobre el poder de los sueños y de luchar por ellos. La conclusión que saco es: Si alguien ha podido hacerlo, ¿por qué no puedo hacerlo yo? ¿Por qué la gente normal no puede tener aspiraciones altas? La gente que ha llegado a lo más alto empezó siendo alguien como tú y como yo, pero la diferencia está en que ellos fueron capaces de luchar por sus sueños sin dejarse influir por los demás. ¿Quién le iba a decir a Neil Armstrong de joven que iba a convertirse en el primer hombre en pisar la luna? Aunque hay gente que cuando lo consigue se mete en una rutina y en una monotonía sin sentido ya no piensa en todo el esfuerzo que ha pasado antes, se convierten en otro robot más, porque vuelven a formar parte de la masa. El truco del éxito esta en esto lucha: por tus sueños y aunque los consigas continua pensado por ti mismo.