Que de cosas dando vueltas sin sentido.
Casi como yo que me muevo sin saber hacia donde.
Sé que voy por mejores caminos que antes pero no sé disfrutar el trayecto.
Las cosas giran y cambian sin conclusión alguna.
El dolor no enseña absolutamente nada excepto a sufrir.
Querer cambiar es mucho más.
Todo sigue sin saber dónde nos lleva.
Esto no es un virus es la vida en estado puro.
Cuando se pone revuelta.
Estuvo tanto tiempo en mí que hasta le puse nombre.
Me gusta llamarla vorágine.
Y a veces me contesta apretando mi vientre con su vendaval.