Y claro que mi corazón es tuyo aunque yo sepa que no es recíproco, pero en mi dolor lo veo todo más nítido. Nunca me gusto lo típico y gracias a ello aprendí, que ningún amor es rígido, nadie sabe lo que sufrí.
Ni el propio, ni el vuestro, ni el suyo.
Porque somos pieles por eso morimos.
A veces serpiente, otras una jodida mariposa.
Te estuve observando durante muchos años.
Yo también mire tras esas gafas rosas.
No quise ver el mundo negro.
Por el miedo olvide los colores.
Quise jugar entre margaritas perdiéndome del jardín aquel montón de flores.
Las rosas me pinchaban y ahí me quedé encadenada.
No veía que era yo quien me odiaba, como mi vida se apagaba.
Pero al quitarme esa piel que sobraba y vivir mariposa supe navegar hacia otros lazos.
Sin trazos, ni aplausos.
Aquí el valiente camina descalzo.
Y sus pasos...
Mitad rodillas clavadas tras llevar tantos porrazos.
Despacio, en tu espacio.
Puedes caerte mil veces, tu burbuja ahora es tu palacio.
Que hipócritas somos.
¿Te duelen las piedras y no las espinas?
Quieres impartir disciplina.
Yo llenaros de amor con tan sólo 3 rimas.
