Felicidad, cadenas, amor propio.

El dilema de la vida de todo el mundo es que supuestamente buscamos la felicidad pero el problema está en cuando atamos esa felicidad a una persona o una cosa. Es cierto que si la atas a una persona y te corresponde puedes sentir felicidad, pero no es una felicidad completa. Si esa persona por lo que sea te deja o directamente nunca llegas a estar con ella, serás siempre una desgraciada. Si atas tu felicidad a un objeto o cosa no alcanzarás nunca la felicidad completa, por que esa cosa realmente se acabara o si no se acaba ya no te provocará nunca la felicidad que te provoco el primer día. Lo bonito de la vida son los buenos recuerdos que guardamos y la fuerza que sacamos en los malos. Debemos amarnos, amarnos a nosotros mismos porque si no esa felicidad real no la lograremos alcanzar nunca ni con nada, ni con nadie.

Hablando de tanto y nada en un texto y otras formas de morir.

Hoy no sé sobre que pero quiero escribir. Quiero ahogarme entre textos de Nietzsche, ideales del Ché Guevara y canciones Bob Marley. Hoy quiero sacarle ese fruto a la vida. Necesito demostrar que la vida es mucho más que trabajar miles de horas al día para despues tener dinero y no tener tiempo para disfrutarlo. Quiero escuchar canciones de amor que no me hablen de lo hermosos que son sus ojos si no de la libertad y el brillo que tienen cuando te comenta una idea desde su corazón. Un alma como cortinas de humo que muestren la falsa paz que tenemos interior. Quiero que la música penetre en mis oídos, que me vibre el corazón y el alma de tanto latir mientras me enamoro leyendo un libro. Quiero salir a la calle y encontrarme una persona triste y que sonría porque sabe que yo siempre estare aquí. Soy la naúfraga de este barco de palabras que el viento musical lleva a un paraje mágico, triste y con muchos colores al que voy guiada con mi hermosa brújula, mi hermosa alma. Con un tatuaje en las muñecas donde esta mi primer parto y mi primera canción. Mi tesoro es este paraje donde escapo del iluso circo de la vida donde realizo siempre mi gran actuación.

La chica que ya no veía monstruos bajo su cama.

Hoy toca levantarse y hacerse un pequeño examen de conciencia, guapa. Pensó para sí misma. Aquí empieza la conversación:  A ver en parte soy como una niña pequeña, al fin y al cabo sigo viendo monstruos aunque ya no están bajo mi cama. Ahora esos monstruos están en mi cabeza, unos me insultan, otros me cuestionan, otras destruyen mi racionalidad y sacan de mi el animal que llevo dentro. ¿Sabes que pasa cielo? El problema es que todo esos monstruitos odiosos y repulsivos no son más que el resto de lo que queda de mí. ¿Por qué todo es tán difícil? ¿Por qué luchar si todo puede ser en vano al fin y al cabo? ¿Por qué portarse bien o mal? ¿Quien dicta sobre que es bueno o malo? Supuestamente tengo las ideas claras, pero esos monstruos están siempre hay ofuscando mi mente, nublándome la conciencia y el ánimo, dejando el restito que queda de mí apartado en un rincón. En ese rincón dónde esta la pequeñaja que es feliz simplemente bañandose en la playa, haciendose fotos con caras extrañas, jugando a las cartas y pintando pokemon's en su cuaderno. Ese rinconcito donde queda esa niña inocente y feliz que no ha sido aún perturbada por el mundo real y que solo teme a los monstruos que hay bajo su cama.

Libros vs televisión o criterio como forma de reacción.

"Cada vez que enciendo la tele me entran ganas de leer un libro" Groucho Marx. Reflexionemos sobre esta gran frase. Yo opino que leer es mucho más productivo al menos para mí, me hace soñar, reflexionar sobre la vida, aunque también hay que tener criterio sobre lo que se lee. Porque no es lo mismo leerse el libro de Belén Esteban que un libro de Franz Kafka. Hay el mismo problema si te dejas influir por programas de televisión como por libros insulsos. Hay libros que te venden formas de vida que a todo el mundo le han parecido siempre horribles, pero el libro se hace famoso y "pum" ¿qué pasa? ¿El sexo no era un tema tabú? ¿Y el sadomasoquismo no era algo horrible? Ya no, después de 50 sombras de Grey la mujer sometida vuelve con toda su fuerza y ahora chicas de 15 a 28 años son modernas y sadomasoquistas por que usan esposas y mordazas al practicar sexo. No voy a entrar en mi opinión sobre el sadomasoquismo, cada uno elige que le gusta, pero no me parece coherente decir me gusta el sado cuando es mucho más que un par de guantazos en el culo, unas esposas y una fusta. El sado es que te vomiten, te caguen y meen encima, es la sumisión de una persona hacia la otra, otro abuso de poder enfocado de otra forma. Libros, en fin. No es la información, sino como la usas. Es lo que decides creerte y lo que decides aportar a tu vida, pero me resulta gracioso que alguien le diga a una persona que lee libros como 50 sombras de Grey: me he acostado con un desconocido; y esas personas las miren asustadas y con asco. Al igual que me divierte la prensa rosa. Aah, el gran circo mediático, son grandes actores, con que naturalidad fingen. Es increíble hasta donde llega una persona por dinero, sacan sus mejores habilidades. O fantásticos periodistas escribiendo cosas favoreciendo de una manera u otra a quien más paga. Elige televisión, libros, prensa. Todavía queda algún buen documental sobre como se hace algo que posiblemente no vayas a conseguir realizar en tu vida ya que no tendrás dinero para estudiar, tendrás la nevera vacía pero siempre te quedara la televisión dándote esperanzas de una vida de mejor y mostrándote que hay gente peor que tú, educando a egoístas para que se sientan agraciados con la desgracia ajena. Ocultan todo bajo palabras, frases y esteriotipos pero como dice el gran rapero ZPU: Si el lenguaje lo camufla todo, leeremos entre líneas.

Dibujando en color vaca.

Ahora solo dibujo en blanco y negro, me quede sin color en mis lápices. Me quede sin música en mi voz pues ya nada puede darme. Dibujo tu mirada, una vez, otra y otra más, con letras palabras, versos, dibujos y canciones con las que te suelo retratar. Te dibujo horrible, te dibujo hermoso, te dibujo triste, te dibujo leal, te dibujo mentiroso, te dibujo con la punta de mis dedos sobre tu espalda. Te dibujo y te dibujo pero nunca me sales bien, eres demasiado complicado y muestras mil caras a la vez. Te he dibujado tanto que ya no se quien eres tú, quien es la copia y quien el que juro enamorarse de mí. Ahora solo blanco y negro, tu mirada, tus ojos, mi sonrisa al verte, nuestros recuerdos, canciones dedicadas y textos escritos. Con sabor a hiel, con sabor a miel, sólo en blanco y negro impregnándolo del dulce aroma de tu piel.