Después de comer perdices.

Aquí estoy de nuevo, otra maldita noche de insomnio, otra maldita noche acordándome de ti. Recordando aquellos días en los que éramos felices, éramos solamente tú y yo. Tantos momentos como amigos, tanto como pareja. Con una unión tan grande que si se te olvidara quien eres yo podría hacértelo recordar. Aunque últimamente me desconciertas. Tu mente es un reto para mí, esa implicación emocional que tengo hacia ti no me deja ver más allá. Avasallas mis pensamientos, alumbras mi oscuridad con tu sonrisa, llenas mis vacíos con tus abrazos pero luego te vas y me dejas sola. Soy como un juguete roto para ti, que recoges y tiras cuando te parece. Hemos compartido desde libro hasta masajes, hemos hablado desde filosofía hasta experiencias sexuales, hemos sentido desde pasión hasta amor. Conseguimos que los versos de Lope de Vega excitaran nuestros oídos. Como esos niños rotos, esos niños a los que al nacer el mundo les escupió en la cara, esos niños a los que el azabache era el color de su alma, esos niños de esperanza y cobardía. Aquellos que lucharon por un amor imposible sabiendo que una mente rota no puede arreglar a otra. Llorando juntos, amando juntos, durmiendo juntos, muriendo juntos hasta que te fuiste y todo se acabo. Ahora eres otro reprimido más que no me quiere, ni a mí ni a nadie. Vuelva a mis brazos pajarito, vuelve a ser el que eras, vuelve a volar libre junto a mis alas, lejos, muy lejos de esta sociedad.

Revolucionemos las mentes vacías, llenémoslas de información.

Para progresar en este mundo tenemos que partir de una base, si las cosas que están mal no nos duelen no las vamos a querer cambiar y si no cambiamos ese dolor por la búsqueda del saber, del progreso y de darle un sentido a una nuestra propia existencia nada de lo que te acabo de decir te servirá nunca para nada. Yo tengo la opinión de que sólo cambiando la mente de las personas, única y exclusivamente con eso podríamos cambiar el mundo. La gente es muy manipulable pues la verdad por consenso así lo ha establecido porque quién te dice que esos millones de personas están totalmente concienciados en sus cabezas de lo que realmente desean, ¿quién me dice a mí que no les han vendido una mínima oportunidad de ser poderosos y felices? Hay dos cosas incoherentes en todo eso, ¿crees realmente que quién esta al mando está dispuesto a compartir parte de su poder contigo? Realmente tú buscas poseer el mismo o mas poder y dinero que esa persona, ¿tú estaría dispuesto a compartir esa poder con los demás? Avaricia y bienestar mundial nunca pueden ir juntas de la mano, y segunda incoherencia: Si realmente todos los millones de personas que deseáis fuerais ricos ¿a quién mirarías por encima del hombro? Porque si es cierto que hay poca gente que ansia la libertad, la igualdad y la justicia para todos. Estarías todos podridos en billetes que no valen para nada porque solo poseen el valor que tú les des, al fin y al cabo los billetes son como los cuadros, un maldito trozo de papel y ese trozo de papel tiene el valor que tu le otorgues, nada más. Es como pintar un paisaje y salir a la plaza y decir: Vale diez millones, porque yo lo digo es mío y punto. Maldito dinero, que daño hizo el que lo creó y corrompió nuestras mentes desde hace millones de años hasta nuestro siglo. El vicio que más perdura, pero después quieren que la gente ni se drogue ni se suicide porque eso está mal, pero es que una persona con un mínimo reflejo de conciencia sobre lo que es la sociedad no sólo de su país, sino la mundial y con unos ideales distintos es normal que se le perturben las neuronas. Porque ¿que hacer realmente con este mundo? ¿Aceptarlo como es y ya está o hacer como una madre hace con su hijo conflictivo y apático, luchar por él y acompañarlo en el camino hasta que su vida sea feliz, sensata y plena sin ella? No tengo la solución a los problemas de este mundo, pero si unas ideas claras y desde ahí se empiezan a cambiar las cosas, desde el cerebro, porque sin el cerebro no somos nada solo un simple animal en esta selva de asfalto que vive lo que le dejan vivir, que come lo que le dejan comer y que duerme lo que le dejan dormir. La única norma que nos falta es cuántas veces podemos respirar al día para no consumir el oxigeno del resto. No creo ni que este texto sirva para que el mundo mejore, ni que cambie nada en nuestra sociedad, ni que tan si quiera si algo cambia nuestra generación lo disfrute, pero pensad en vuestros hijos ¿acaso ellos que no le han hecho ningún mal a este mundo no se merecen lo mejor? Si este texto sirve para que una sola persona en el mundo vea que no está sola en la lucha, para que una sola persona en el mundo se conmueva o para que una sola persona se sienta libre ya habrá valido la pena. Yo ya me he sentido libre nada más por haberlo escrito, así como dijo el gran Ernesto Ché Guevara: Podréis matarme a mí que tan sólo soy un hombre, pero jamás mi mensaje pues seguirá vivo en los corazones de los que piensan como yo.

Amigas aunque la muerte nos separe.

Siempre te sentí como una parte de mí, como mi bondad, mi alma y mis ganas de vivir. Eras el sistema límbico de mi cerebro, la parte que guiaba mis emociones y sensaciones. Eras una hermana que te marchaste demasiado pronto. Se que eras feliz pero no podías ser humana, una mente realista e imperturbable con esa bondad y temperamento. Eras fascinante, lo más cercano a Dios que conocí fuiste tú. Cuando te fuiste para siempre fue como si me dejaran ciega y sorda. No podía disfrutar de ninguna canción, de ningún buen libro, ni tan si quiera de la hermosura de la naturaleza. Ese año no fuí a la playa. Quise abandonar esta vida, dejar de ser buena y amasar el odio que retenía. Pues sentí que nadie jamás me protegería, porque para mí fuiste mi ángel de la guarda.

Leer un buen libro

Ando buscando entre libros esa sensación de estar al filo, al borde del precipicio a punto de caer, buscando sensaciones de rabia, ganas de luchas, ganas de vivir y ganas de cambiar esta sociedad. Busco sensaciones en unas páginas que me abren puertas hacia unas mentes que jamás conoceré. Porque lo importante de un libro no es realmente las frases que lo rellenen ni tan si quiera si esas frases son verdad o no. Lo que importa de un libro es el número de sensaciones que es capaz de provocarte con cada una de sus páginas. Por ejemplo si en una de sus páginas pone pájaro y esa palabra te hace sentir cosas ya estamos consiguiendo algo importante. Nos estamos humanizando de nuevo. Dejaría de ser nuestro estado de WhatsApp el que comunicara que sucede en nuestras cabezas y hablaría nuestro corazón firmando con la sangre que bombea en su interior.

¿Recuerdas quién nos presento?

Esta noche me he puesto mi vestido rojo, me voy de fiesta. Allí estará una vieja conocida. Al llegar me observa sonriente y con recelo. Le suena mi cara, recuerda esa seguridad con la que la miro. Le vienen flashes de las noches juntas en mi cama, esas noches que me tuvo tan cerca, esos días que estuvo tan cerca de que me casara con ella. Si querida, soy esa a la que nunca llegaste a conseguir. Querida muerte, te gane una batalla. Hoy estoy aquí de nuevo, para una noche de pasión infernal, para otra noche juntas pero sabes que no me marchare contigo. Al menos esta noche no. Esta es mi segunda carta de despedida. Hasta que nos volvamos a encontrar. Te dejo entrar en mi mente como si fuera tu casa, pero no vas a volver a instalarte en mí. Ya nos casaremos, pronto... No desesperes, algún día nadie podrá separarme de ti.

La obra rota de alguien que nunca supo nacer.

La musa de aquella historia se funde con la música de su vida. Se convirtió en la obra rota de alguien que nunca supo nacer. Un triste cuadro, un poema sobre la muerte y una acera desgastada. Esas fueron las tres cosas que le dijeron cuando preguntó con que la comparaban. La pasión por los excesos la está pagando muy cara. Esa sensación de querer estar siempre al límite y rozando la muerte era su mayor éxtasis pero siempre llegaba el día de mañana. Sentía en su barrio su aire, sus colores, sus olores, su dolor y su forma de vida. Aunque ya nada importaba, porque el mundo era suyo. Ella se había fundido con él. Pues ya no era más que un triste cuadro, un poema sobre la muerte y una acera desgastada. Dejando como último aliento un beso sellado con barra de labios sobre la puerta de su casa y cristales rotos, rotos bajo sus uñas.

Algunos la llamaban Ana.

Era una chica muy heavy metal, una de esas chicas que te follaba y hacia el amor con palabras.
Ese tipo de chica con más armadura que cuerpo. De las que "todo me da igual" y en realidad es un "que no piensen mal de mí".
Esa chica que te violaba mental y verbalmente mientras con los ojos te pedía un poco de cariño.
Sí, ella era una de esas chicas. No de esas que besan, si no de las que muerden.
Aunque, ¿que esperar de una chica con artistas afligidos e inteligentes como huella en su reproductor de audio?