Aquí
estoy de nuevo, otra maldita noche de insomnio, otra maldita noche acordándome
de ti. Recordando aquellos días en los que éramos felices, éramos solamente tú
y yo. Tantos momentos como amigos, tanto como pareja. Con una unión tan grande
que si se te olvidara quien eres yo podría hacértelo recordar. Aunque últimamente
me desconciertas. Tu mente es un reto para mí, esa implicación emocional que
tengo hacia ti no me deja ver más allá. Avasallas mis pensamientos, alumbras mi
oscuridad con tu sonrisa, llenas mis vacíos con tus abrazos pero luego te vas y
me dejas sola. Soy como un juguete roto para ti, que recoges y tiras cuando te
parece. Hemos compartido desde libro hasta masajes, hemos hablado desde
filosofía hasta experiencias sexuales, hemos sentido desde pasión hasta amor.
Conseguimos que los versos de Lope de Vega excitaran nuestros oídos. Como esos
niños rotos, esos niños a los que al nacer el mundo les escupió en la cara,
esos niños a los que el azabache era el color de su alma, esos niños de esperanza
y cobardía. Aquellos que lucharon por un amor imposible sabiendo que una mente
rota no puede arreglar a otra. Llorando juntos, amando juntos, durmiendo
juntos, muriendo juntos hasta que te fuiste y todo se acabo. Ahora eres otro
reprimido más que no me quiere, ni a mí ni a nadie. Vuelva a mis brazos
pajarito, vuelve a ser el que eras, vuelve a volar libre junto a mis alas,
lejos, muy lejos de esta sociedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario