Paseando por mi mente

Hoy quiero comerme la vida, necesito libros nuevos que leer, música nueva que escuchar, experiencias nuevas por vivir... La luna me esta sonriendo, me ilumina el camino con su magia aunque yo no vea a mis amadas estrellas pero sé que siempre están ahí y que pronto aparecerán. Me he comprado un tocadiscos y me puesto ha escuchar a Wagner, mientras leo a Lorca pues como diría Nietszche: Humano, demasiado humano. Becquer me esta llamando, esta reclamando su puesto en mi vida. Lorca tendrá que esperar. Quiero tatuarme ese poema de Becquer que tanto amo:
Mi vida es un erial,
flor que toco se deshoja.
Que en mi camino fatal
alguien va sembrando el mal
para que yo lo recoja.
Ups, Wagner se ha acabado. Pondré algo de blues. Estoy tan sumergida en mí que casi se me olvida lo que debía hacer hoy. Tenía que ir al psiquiátrico a visitarte. No creo que vaya, quizás mañana... Hoy no es día de volver a enamorarme de ti ni de tu inestabilidad mental. Aunque tienes una sonrisa de psicópata que enamora y unos gustos muy refinados. Me recuerdas a Hannibal Lecter pero menos sádico e inteligente. Lo que darías por compartir este blues conmigo a ritmo de un porro. Te gusta dejarte llevar y a mí que me lleves contigo. Hoy he pensado que podríamos correr juntos por un prado hasta el filo de un precipicio. Observar las nubes que crean formas abstractas en nuestras cabezas y corazones. Sí, definitivamente estoy enamorada de ti, hasta las trancas. Hasta el latir de tu corazón me resulta armonioso. No hoy no voy a verte que estoy débil y no vaya ser que se den cuenta que estoy más loca que tú.

El final de una historia sin final

_ Adiós. Me marcho y creo que es para no volver.
_ ¿Así sin más?
_ ¡Sí! No puedo más con esto.
_ ...

Se formó un silencio insostenible y justo cuándo se giro para irse ella le dijo:

_ No seremos felices separados, ni tú ni yo.
_ Es muy probable, lo sé, pero lo tengo que intentar.
_ Deja de intentar imposibles.
_ Deja de llamar imposible a todo lo difícil que se te cruza en el camino y quizás nos volvamos a ver.

Ella sabía que estaba en la estacada, al borde de un abismo sin fin. Él sabía que ella jamás dejaría de creer en imposibles por lo tanto jamás se volverían a encontrar.

Tan sólo se vieron en sueños, de ahí a que odiaran tanto el maldito despertador.

Mata Hari Siglo XXI

Soy esa chica devoradora de hombres pero no busco sus sentimientos, yo busco su sexo. Esa que lleva el rímel corrido y las medias rotas pero con una sonrisa tan dulce y maliciosa como morder unos labios hasta que sangren. Soy esa chica triste, que se maquilla lo justo, habla muy poco y folla muy bien. Lo típico y usual en el asiento trasero de un coche es que me tumbe al terminar encienda un cigarrillo y abrir la ventana. Así al carajo la vida. Ya ni es ella quien me folla a mí. Soy yo ese pony salvaje que galopa sobre sus horas minutos y segundos. Me considero sexualmente maravillosa y lo mas cutre y estúpido tras un polvo, me incómodo, te beso y me marchó. Así sin más. Como toda una princesita que se escapa de casa. Me adoro porque yo lo digo: Sólo una noche, no más. Y tu me preguntaste: ¿Pero mañana y tarde cuándo quiera no? ¡Que cabrón! Como sabes que lo que más me gusta es que seas inteligente y me hagas reír. Por tu culpa tendré que escurrir las bragas en el recuerdo de los besos olvidados. Te dejo. Neruda me llama, dice que quiere hacerme poema.