Soy esa chica devoradora de hombres pero no busco sus sentimientos, yo busco su sexo. Esa que lleva el rímel corrido y las medias rotas pero con una sonrisa tan dulce y maliciosa como morder unos labios hasta que sangren. Soy esa chica triste, que se maquilla lo justo, habla muy poco y folla muy bien. Lo típico y usual en el asiento trasero de un coche es que me tumbe al terminar encienda un cigarrillo y abrir la ventana. Así al carajo la vida. Ya ni es ella quien me folla a mí. Soy yo ese pony salvaje que galopa sobre sus horas minutos y segundos. Me considero sexualmente maravillosa y lo mas cutre y estúpido tras un polvo, me incómodo, te beso y me marchó. Así sin más. Como toda una princesita que se escapa de casa. Me adoro porque yo lo digo: Sólo una noche, no más. Y tu me preguntaste: ¿Pero mañana y tarde cuándo quiera no? ¡Que cabrón! Como sabes que lo que más me gusta es que seas inteligente y me hagas reír. Por tu culpa tendré que escurrir las bragas en el recuerdo de los besos olvidados. Te dejo. Neruda me llama, dice que quiere hacerme poema.
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