8-M

Feliz día de a todas las mujeres del mundo.
A la de la vida precaria en una casa okupa, a la de la del chalet y el Audi, a la que maquilla sus morados y sale con una sonrisa, a la que no tiene que fingir ser feliz, a la que vive en el portal del miedo y jamás cruza su puerta, a la que es feliz con su regla, a la que no tiene miedo, la que lucha, la que canta.
Feliz día de la mujer, a la que sabe y a la que no conoce sus derechos. A la que está aprendiendo que ser mujer no se cambia por 14 piezas de ganado.
Esta va por todas; las que murieron, las que lucharon, las que miraron para otro lado, va por las que lo vemos, por las que seguimos estando.
Mujer del mundo, negra, blanca, buena, mala, alta, baja, gorda, delgada, inteligente, minusválida, hetero, lesbiana, transexual, bisexual, ama de casa, oficinista.
Hoy es tu puto día.
¡Felicidades!

Apología a la mierda

A veces me sorprendo a mí misma arrojando por el váter toda esa mierda suelta en mi barriga. Y digo me sorprendo porque jamás pensé que estuviera suelta, creía que se había aferrado a mí como el musgo a las rocas. Que la tristeza y el dolor eran una capa más en mi piel, que el estar siempre cagándola no iba a cambiar. Que mi historia con el sexo que fue como el papel higiénico se empezó a convertir en un puñado de tiritas que ya no necesito para resolver nada de mi interior. Qué me quedaba sentada pensando en cada uno de los mojones de ese día. Que la mierda cuánto más la remueves más apesta. Por que ahora después de limpiarme el culo con todo, tiro de la cadena.
Porque esto es una jodida apología.
Apología a la mierda, a toda esa mierda.