Noto como una pequeña porción se despega de tu cuerpo. Nunca creí en los cuentos de hadas, ni el ratoncito Pérez o en los Reyes magos, en Dios muchísimo menos. Solo sé que esa pequeña parte de ti se separo de tu cuerpo. La gente pide deseos a sus pestañas, las sopla al aire. No sé si lo que le pida a las pestañas se cumplirá, seguramente no pero a que mejor que pedirle un deseo que a una parte de tu cuerpo. No me importaría que fuera tu piel muerta, no pasaría nada si fuese a tus lágrimas. Sea mentira o no, que mejor que pedirle un deseo a una parte del cuerpo de alguien a quien quieres. ¿Qué ahí más especial? Para mí son como dientes de león, porque yo solo quiero a las fieras. Esas que luchan por aferrarse a la vida que nada nos dió, ese regalo maldito del que para salvarnos del mal del mundo sólo nos dejo soplar pestañas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario