_ ¿Por qué no la puedo soltar?
_ Porque cuando ella abre su corazón el tuyo tiembla como una gelatina.
_ Pero no siempre lo abre, también me lo cierra.
_ ¿Y que piensas hacer si lo vuelve a abrir?
_ Decirle que arranco la puerta para que no se cierre más o me marcho con el corazón y las piernas temblando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario