Yo y mis pensamientos

Lo que sentimos, lo que vivimos, lo que hacemos y lo que no. Todo nos afecta, todo nos influye. Para bien o para mal nosotros no pasamos por la vida, la vida pasa por nosotros.

lunes, 10 de marzo de 2014

Soy una mala influencia

¿Recuerdas cuando mamá te decía no te acerques a esos chicos, son mala influencia? Yo recuerdo cuando la mía me lo decía a mí. Me asustaba todo lo sensacionalista, me asustaba no seguir las normas, me asustaba no ser perfecta, que todo el mundo se decepcionara de mí. Pues bien, ahora soy yo esa chica. Soy la persona vanguardista y desastrosa que no sabe que hacer con su vida, una adolescente con cambios de humor y pensamientos tan bruscos como los vaivenes de un borracho loco en una carretera, tan bruscos como una persona bipolar que muestra reflejos de su locura. Me gusta mi forma. Que es más de ser o no ser, no por los vaivenes que a veces incluso pueden resultar divertidos, sino porque aún siendo tan cambiante mantengo mis ideales intactos. Soy esa persona que según el momento puede parecer una mala influencia, pero mantengo unos sentimientos y una ilusión tan puros como solo una persona libre sabría tener. Ahora soy yo a la que miran por la calle y las madres les dicen a sus hijos, nunca seas como ella. Hoy le digo a mi madre: Mamá siéntete orgullosa, soy lo que nadie quiere que sean sus hijos, soy esa persona que se cuestiona las reglas en busca de un por qué, soy esa filosofa revolucionaria que asusta a la gente por sus ideas innovadoras, soy esa loca inconformista que desea y busca un mundo más igual para todos. Todas esas cosas, mamá. Me gusta ser la utopía para las amas de casa reprimidas que se conforman con lo que les ha tocado vivir. Lo que sucede es que lo diferente genera miedo, el miedo genera rechazo y el rechazo exclusión. Estoy excluida de una sociedad hipócrita y conformista. Soy libre, por lo tanto una "mala influencia".

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