Un día dos amigas hicieron una promesa, cada vez que una dijera la palabra mechero tenían que sonreir, no importaba nada, había que sonreir y punto. Una según la gente nunca iba a llegar a nada y la otra era inteligente pero ella pensaba que le faltaba algo. Incapaz, esa palabra era todo un eco en sus cabezas. Mechero...Podían hacer tantas cosas con el...Podían fumarse la vida, prenderle fuego, destruirlas a ellas, a los demonios de su cabeza, podían mandarlo todo al infierno pero también lo podían apagar. Observaban su llama, sus colores, aspiraban ese hermoso aroma a gas. Mechero, por eso eligieron eso palabra, las hacía sonreir.
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